Algo tan sencillo pero para
algunos seres humanos como usted o como yo; desconocida, rechazada y negada
totalmente de su vocabulario, -es más- en su rostro expresan terror o extrañeza
cuando se les recuerda la mágica frase de convivencia y respeto “hágame el
favor o por favor”, sin embargo, esta acción se repite a diario, sin distinción
alguna, en todas las capacidades económicas sociales, religiones, profesiones,
trabajos y edades. No tiene lugar de preferencia o será la moda, la verdad no
sé, entonces ¿Cuál es el problema de no pedir el favor? Todo comienza en casa,
algunas familias cometen el error que porque estamos entre parientes no
necesitamos pedir el favor, al contrario, debe ser a toda hora por respeto de
sangre, amor de apellido o como le quieran llamar, el ejemplo a los pequeños es
fundamental, ¿Pasa eso en su casa? A corregir desde ya, nunca es tarde.
A veces no encontramos lo que
solicitamos, en un momento concreto, igualmente, agradecer la atención
prestada, dar las “Gracias”, es nuestra carta de presentación y muestra “el
grado de educación y cultura que tiene la persona”, decía mi madre, debe ser
algo natural de nuestra sociedad, en lo cotidiano, lo normal, pongámoslo de
moda, propiciando ambientes ricos, chéveres, agradables y culturales, eso sí,
pidamos el favor mirando a los ojos y no al celular o con el rostro al piso,
que es otro tema a tratar, como los aparatos tecnológicos nos han vuelto mal
educados con nosotros mismos y con los demás, haaa y un favor, compartan esta
reflexión y pongámosla más en práctica, muchas gracias.
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