Emisora Encarretaos

jueves, 10 de agosto de 2017

Arte Rupestre, resiste en desaparecer.

La historia de Cundinamarca, hablando como territorio geográfico registra una importante antigüedad, pueblos antepasados que la habitaron “10.000 años antes de Cristo, asentamientos temporales de Recolectores – Cazadores” permanente investigaciones como las de José Virgilio Becerra, Fabio Aguirre, Martínez Celis, Gripi Colombia entre otros, nos confirman el gran desconocimiento que tenemos de nuestros orígenes, aún más cuando se insiste en hablar de fundaciones hispánicas como el nacimiento de nuestros pueblos, cuando me parece lo más absurdo, teniendo en cuenta la gran destrucción de social y cultural de las comunidades ya existen a la época de la llegada de los “conquistadores”; pero eso nos marcó  de tal manera que nos fragmento en una mezcla de culturas de las cuales no sabemos de dónde venimos y hacemos lo más fácil, absorber cuanta farándula y moda nos muestra los medios de comunicación económicamente grandes, buscando alabar y quizás buscar una identidad con lo de afuera, manteniendo el desconocimiento de lo propio y la vergüenza que nos da nuestro legado, herencia con extraordinarios saberes y  costumbres encontrados en los estudios del Arte Rupestre en el departamento; por ejemplo, el parque Arqueológico de Facatativá conocido como las Piedras del Tunjo, en donde reposa pinturas de los Muiscas y la época Herrera, estamos hablando mínimo de 1.000 años de elaboración, por otra parte, los trabajos adelantados de preservación en Tibacuy, la protección en las Piedras de Suesca, lo encontrado en Soacha, Anolaima y el último yacimiento en la localidad de Usme en Bogotá, la historia nos hace un llamado para que valoremos lo propio, no tenemos que buscar en otra parte argumentos para consolidar una identidad, es un legado que debemos por lo menos respetar y mantenerla, casos tristes como las Piedras de Chivo Negro en mediaciones de Bojacá y Madrid, el Arte Rupestre encontrado en las cercanías de la Laguna Herrera en Mosquera, lugares ignorados por quienes tienen la responsabilidad directa de cuidar estos lugares elegidos por votos y no es excusa el no saber del tema, simplemente es voluntad política para eso existen especialistas en el tema, además de los mecanismos con el Ministerio de Cultura o por lo menos apoyarse en el trabajo voluntario de los grupos de Vigías del Patrimonio, quienes tienen una misión interesante frente al Arte Rupestre, que se resiste en desaparecer.

2 comentarios:

  1. El arte rupestre desaparece a medida que desaparece nuestra identidad ancestral. Más que proteger la materialidad de las piedras, lo que debemos proteger, conservar y estimular es la noción de un vínculo con el pasado para afianzar una proyección positiva hacia el futuro.

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  2. Es una apuesta para la defensa del territorio y el cuidado del mismo.

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