A tumbar la casa vieja.

Septiembre es el mes del patrimonio Cultural, se conmemora desde 1998 como una propuesta del Ministerio de Cultura, con el fin de abrir un espacio para reflexionar sobre la importancia de reconocer, salvaguardar, conservar, proteger y difundir los valores culturales de todas las regiones del país. El patrimonio cultural está relacionado con los valores culturales de la comunidad que lo produce; nos habla de las tradiciones, creencias y espacios de un país y su gente. Además, sinónimo de cuidar la memoria histórica sea de un lugar o de una persona; sin embargo el afán o la mala interpretación de "evolucionar" nos ha llevado a destruir lo que nos identifica en un territorio, precisamente nos han mostrado en el mundo las grandes potencias mundiales, países los cuales son los que más cuidan su legado patrimonial, y sin ir tan lejos, ¿Cuál es la foto inolvidable del viaje? Exacto, la imagen frente aún monumento antiguo, allí valoramos los años de construcción; pero aquí nos parece insignificante o una viejera la casa de más de 200 años -nos contra decimos en las valoraciones culturales- por otra parte, Barichara es un gran ejemplo de preservación arquitectónica histórica y patrimonial, siendo un lugar con un potencial económico desde donde se le mire, ¿acaso no es suficiente ejemplo a seguir? nuestros municipios deben cuidar lo poco o mucho de las construcciones coloniales o republicanas que nos quedan, es preocupante que algunos lugares prefieran “edefecios modernos" qué solo traen frialdad y qué no tienen nada qué ver con la armonía del pueblo, locales gigantes con muchos productos de muy mala calidad, en la mayoría de sus casos, dañando el mercado local, por decirlo de alguna manera, es entendible la rentabilidad de algunos predios que deben generar; pero cuando se afecta un entorno común, ese es el problema. -A tumbar la casa y hacemos una mole de 5 pisos para que de plata- la afectación ya es a toda la comunidad, se puede llegar a un equilibrio visual, qué bonito también pueblos pequeños que guardan sus calles empedradas, casas con balcones  bajos y sus luces tenues llenas de romanticismo... Bojacá, Zipacón, Tabio, Cucunuba entre otros.